lunes, 23 de junio de 2014

Lo extraño...


El día que cumplían siete meses tuvo que viajar por trabajo. Que más daba. Podían pasar varios días sin verse y no era mucho problema, de todas maneras se escribían. Pero este viaje iba a ser largo. El lugar adonde iba no recibía señal para realizar llamadas ni para conectarse a Internet. Eso si que iba a ser un problema pero ella no le dio importancia. 

La noche anterior que se vieron y despidieron ella hizo una maratón de películas de Federico Moccia. Sí, inoportuno momento para hacerlo: Perdona, si te llamo amor; Perdona, pero quiero casarme contigo...



No la llamó a las 12.
-Seguro está ocupado le escribiré para decirle que dormiré, estoy cansada.
Eran las 23:30 y sólo le contesto "que descanses amor".


No solía tomarse las cosas a pecho pero esos días invevitablemente lo hacía.
Ella debía ser fuerte de alguna manera y decirle que todo estará bien así que muy temprano la llamó.
-No, no contestaré. No me gustan las despedidas-. Él estaba en el aeropuerto apunto de subir al avión.
-Ok, pero ni una lágrima. Respira, respira, espera un par de timbradas y ya.
-Oye (sé oía melancólico) te amo, no sí quiera me he ido y ya te extraño como no tienes idea.

Ella sentía esa extraña sensación de sentirse vacía. Y ahí iba la primera lágrima, seguía respirando y trataba de importar la voz. Estaba segura que él no se daría cuenta y jamás lo hizo.
-Todo estará bien monse! Son sólo un par de días, no te voy a extrañar.
-Eres malvada. Por favor escríbeme un mail por la noche así podré leer lo que has hecho durante el día porque no creo que haya cobertura adonde iré.
-Sabes que mi vida es tan aburrida que haré lo mismo todos los días. Nada interesante a comparación tuya.
-Por favor!
-Ok, lo intentaré.
Seguían las lágrimas mojando su almohada. Era muy de mañana y su hermana aún estaba dormida. No se daba cuenta felizmente.

-Wow, creo que voy a llorar.
-No, monse! 
-Bueno, debo subir al embarque. Te dejo, te amo como no tienes idea.
-Creo que no tengo idea. Yo también amor. Chau.
-Chau.
Y se secó rápidamente las lágrimas. 

El día continuó normal. Fue a misa con su familia y al regreso empezó a limpiar su cuarto hasta el almuerzo. 
-Gracias a Dios hay Mundial así me distraeré-. No vio ni un sólo partido, simplemente no tenía ánimos.
-La carta!-. El le entregó una carta y le pidió que lo leyera al día siguiente pero se estaba olvidando de hacerlo y fue a buscarla.

Ni bien la abrió las lágrimas no podían detenerse, hasta mojó la hoja.
-Qué patética me siento, apuesto que él está del todo bien-. Entonces se le ocurrió buscar las otras cartas o recuerdos que le había regalado y nuevamente las lágrimas. 
-Demonios! Lo extraño demasiado. Estoy intranquila. Ya terminé de ver Breaking Bad, ni lloré con la muerte de Hank. Creo que había llorado demasiado antes como para hacerlo ahora. Leeré Los Juegos del Hambre.

En ese momento un amigo le habla por chat sobre el mundial y ahí se despeja un rato. No lo extrañó por 10 minutos. Dejaron de conversar y la misma ansiedad le invadía toda. 

-A veces para descubrir que verdaderamente te importa alguien tiene que estar muy muy lejos para que empieces a extrañarlo y a amarlo más. En fin, resolveré el crucigrama, hace mucho que no lo hago. 
Eso si que ayudó mucho. Estaba concentrada y por poco acaba todo hasta que recibió una llamada, la necesitaban para un trabajo como asistente free lance y no dudó en aceptar. 
Otra vez vino su recuerdo a la mente. Le escribió un SMS contándole el acontecimiento detalladamente pero no le contestó. 

-Tiene razón. No hay señal. Pero podría llamarlo y probar... Mejor no, debe estar descansando, ya es tarde y no está en Lima. En el interior del país todos duermen muy temprano, eso creo.

Realizó sus ejercicios como de costumbre antes de dormir y esperó a que sus ojos solos, de tanto pensar se cerraran. Cada cierto segundos recordaba respirar hondo para evitar las lágrimas.

-Mamá no querrá verme así mañana y debo ser fuerte por el bien de ambos. Antes todo esto me parecía estúpido ahora la soy yo la tonta. Y empezó su lucha interna de sí en realidad es para ella o sí tendrá futuro... Mientras tanto iba cerrando los ojos pero su corazón aún se sentía vacío y no dejaba de tararear She's The One (Robbie Williams). Lo único seguro era que su ausencia la hacía enamorarse cada segundo más.

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