jueves, 25 de julio de 2013

El amor no es para sabios II


[...] Fue por tener sometido el corazón al amor
que me sumergí en los pozos,
en el calor vivo de las emociones
sin haberme privado de alegrías
ni siquiera contado mentiras
Y fue justamente por haber amado

que calmé el dolor y la soledad

y renací a una niñez eterna.

Luiz Alberto Machado, poeta brasileño.



-¿Si no es para ti por qué seguir intentándolo? Pero ¿Cómo saber si no es para ti?.
Había pasado casi un año desde esa primera vez que lo vio y Fabiana no podía quitar de su cabeza ciertas dudas. Seguí recordando esa salida por el centro comercial, cuando tuvo que mentir a sus papás con que tenía una clase, pero justo ese día, al profesor se le ocurrió faltar. El universo había confabulado para que ese día se vieran.



- Yo trataba de no parecer tímida pero era inevitable. 
- Claro, si no lo conocías que esperaba él.
- Creo que esperaba lo que jamás imaginé ¿Quién en la primera cita intenta abrazarte?
- Bueno ¿Hacía frío no?
- Sí, pero para mí, eso fue un mal síntoma. Igual, Dios, era la primera cita en toda mi vida.

Caminaron durante una hora, mientras ella le preguntaba sobre su día y él respondía cortante pero inesperadamente coqueto. Solo bastó un - Ufff ¡qué frío! - para que él la sostuviera con sus brazos, y claro, ella algo incrédula cedió.

- Fue bonito sentir ese abrazo. Lo que pasó luego ya no fue bonito.
- ¿Por qué? Nunca me contaste nada.
- No era necesario. No fue nada del otro mundo. Solo seguimos caminando cerca del parque, nos sentamos.
- Tú detestas sentarte en los parques.
- Sí, pero entiéndeme. El problema fue cuando uno de esos vendedores se nos acercó e intentó convencerlo de que me comprara una rosa. Yo le dije que no, claro. Pero el tipo insistía hasta que dijo algo de "cuando se casen, recordarán este momento y nada como una flor". 
- ¿En serio?
- Sí, y yo estaba súper asustada. No sé si por dejarme abrazar por un completo desconocido o por lo que dijo el vendedor. 

Mientras Fabiana le contaba a Lucero lo poco que recordaba de esa vez, empezó a buscar en sus conversaciones de Facebook la primera vez que él le habló. Todos los recuerdos se le vinieron a la mente. La segunda salida que ella misma programó y la última de todas. Las lágrimas entonces, ya eran inevitables.

- ¿Acaso no lo has superado?
- No es cuestión de superarlo o no. Son recuerdos que duelen tanto como si su palabras te estuvieran desgarrando el corazón una por una. 
- Ya basta no deberías hablar de ello por hoy. Que el 16 de abril quede para el olvido.

*****

Las palabras pronunciadas ese día no valen la pena mencionarlas. Las salidas y caminatas por el centro de la ciudad sin decirse nada porque ella no encontraba algún tema de conversación y porque él solo tenía ojos para sus labios. Sí, cada vez que la miraba no podía evitar desviar su  mirada hacia sus delgados y rosados labios que siempre mantenían una sonrisa discreta.

- Yo solo quería sentirme protegida y recliné mi cabeza a su hombro. Fue bonito estar sentados en la Iglesia y mirar hacia el techo, y no pensar en nada más que en ese aparente, romántico momento. Pero debía esperar aún más y esa espera se tradujo en muchos, muchísimos meses después. 

...
[Continuará]

Thank you...


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